Entre humanos y dioses había un claro responsable a la hora de enamorarse. Así es, el pequeño Cupido alado con su arco y flechas de amor. Cupido, el chico emblema del Día de San Valentín, pero cuidado porque San Valentín no es Cupido, ni Cupido San Valentín.
Se presume que el original San Valentín fue un sacerdote que celebraba matrimonios ilegales para los soldados del emperador Claudio, desde donde se vea un héroe o un alcahueta.
En escritos de Geoffrey Chauce, que datan de 1832, se destaca por primera vez El Día de San Valentín como una fiesta romántica. El medioevo ya celebraba el amor cortés ilícito pero casto. Caballeros cortejando doncellas, celebraban su belleza con rosas y canciones.
Todo esto se cruzaba con el interesante hecho de que el azúcar en ese momento era un bien altamente preciado en Europa por lo que regalar o intercambiar dulces era algo inimaginable.
Pasan 500 años, los cañaduzales florecen en América, el chocolate es apreciado como bebida en Europa y aparece en nuestro mapa Richard Cadbury regalándole al mundo los “chocolates para comer”.
En su afán de comercializar los nuevos chocolates Richard comenzó a venderlos en cajas hermosamente decoradas diseñadas por él.
Imágenes de cupidos y rosas adornaban las cajas con forma de corazón que tenían el propósito de convertirse en cofre para almacenar recuerdos, desde mechones de pelo, pétalos de rosa, fotografías y hasta cartas de amor.
Siglos después El Día de San Valentín se expande en el mundo globalizado, el chocolate conserva su lugar de importancia por su valor alimenticio y su poder simbólico.
Cada vez más se rompen los límites en combinaciones, los más exóticos ingredientes se cruzan en una barra multiplicando su universalidad. Así, un chocolate tiene el poder de cambiarte el día en la silla del bus mientras regresas a casa de la misma manera que se queda en tus papila mientras lo maridas con un vinito o los disfrutas de a pedacitos, a escondidas, porque no quieres compartirlo con nadie.
El amor y el chocolate llevan siglos de la mano y este Día de San Valentín no será la excepción, por eso a todos los que amas o a los que quieres amar les vendrá bien y les encantará una buena y bonita caja de Fruto de Cacao donde adentro, cual Pandora, puedes encontrar los chocolates que amarás con ingredientes para todos los corazones: Chai, Café Colombiano, Ají Yuquitania, Frutos Rojos, Lulo, Almendras, Clavos y Canela, Infusión Reveladora, Infusión Relajante, Pétalos de Rosa, Sal de Nemocón, Nibs de Cacao, Pretzel, Uchuva, Naranja, Panela, Pimienta del Putumayo, Salpicón, y hay más.
Abraza con un chocolate, besa con un chocolate, sonríe con un chocolate. Feliz Día de San Valentín de parte del equipo de Fruto de Cacao.